jueves, 31 de diciembre de 2015

Silencio pactado

Llámalo un secreto inconfesable.

Llámalo fallo imperdonable.

Llámalo falta de cordura o de razón.

Llámalo momento de entendimiento o de confusión.

Llámalo contradicción.

Llámalo el final de una página más en blanco de ese libro inacabado.

Llámalo como quieras, pero llámalo; así tendremos la certeza de que algo ocurrió.

Ahora nos quedamos sumidos en un silencio pactado llamado orgullo.


Ninguno de los dos nos poníamos de acuerdo, pero siempre existió esa conexión especial entre nosotros.

Anclados como dos barcos en el mismo puerto del que nunca partirán.

Perdidos como dos náufragos en una isla desierta que no tienen más remedio que mirarse a los ojos porque es en la pupila del otro, el único lugar donde pueden encontrar algo de consuelo.


<<Cuando el orgullo comienza, el amor muere>>, Johann Caspar Lavater.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Mente fría, corazón caliente

Estamos rodeados de magia y aún así no la sentimos. Pendientes de una  ilusión imaginaria que sigue presente en los más pequeños de la casa. Ellos son los que, verdaderamente, disfrutan y nos hacen disfrutar estos días.

Parece fácil hacer retroceder esas manecillas de tu reloj de mesilla. Volver al punto exacto de tu vida en la que no te detienes demasiado a pensar en lo que haces. Ese momento en que veías tu inocencia reflejada en un charco de agua. Esos años en los que te enfadabas por cualquier tontería y era otra tontería más grande la que te hacía feliz. Una piruleta era tu mayor tesoro, te creías el rey del castillo de arena que hacías con tus padres en la playa y tu único miedo era la oscuridad.


Pero los años pasan para todos, el tiempo es cruel a su manera y no espera que lo entiendas.
Nos sentimos pequeños en un mundo tan grande, pero hemos dejado de serlo. Ahora los enfados son duraderos. Ahora ser inocente no es agradable.  La oscuridad ya no te asusta tanto y es el montón de hojas que tienes memorizar lo que te preocupa ahora.

Cuando creces, los problemas crecen contigo. Cada problema peor que el anterior y tendemos a ahogarnos en un vaso de agua. Irremediablemente. Sin poder controlarnos.

Sí, ya no somos niños y tenemos que aprender a adaptarnos a este mundo que cambia cada día a pasos agigantados. Pero que hayamos dejado de ser niños no significa que no debamos seguir sintiéndonos jóvenes. Mantén la mente fría y el corazón caliente; que tu mente tenga tantos conocimientos como sueños y que tu corazón siga latiendo con ilusión.

<<Lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa es en ella una maravilla>>, Gilbert Keith Chesterton.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Olvidamos más de lo debido

Me alegra haberte conocido en esta vida, pero me voy antes de que abras de nuevo mis heridas.

Siempre contaba los segundos que quedaban para verte, solo que no me di cuenta de que el reloj no funcionaba y seguí contando para siempre.

Será el tiempo que nos mata, o los miedos que nos atrapan. Cada paso hacia adelante significaban dos hacia atrás.

Predestinados a encontrarnos y condenados a perdernos. Algunas veces por tu culpa y otras, por la mía.

No sé qué deparará nuestro futuro. Tal vez olvidemos más de lo debido o, tal vez, recordemos más de lo querido.

Quizás el no verte es lo que me mantiene aún con vida.

Sólo hay una cosa segura y es que, a pesar de los años y de los daños, nuestras miradas aún se buscan.


<<El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada>>, Gustavo A. Bécquer.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Búscame

Si mañana te sientes solo y asustado, búscame.

Si con sus besos no son suficientes, búscame.

Si la alegría ha desaparecido de tu vida, búscame.

Si tu alma ya no se ríe y corre el riesgo de marchitarse, búscame.


Si necesitas que un huracán vuelva a poner tu vida patas arriba, búscame.

Si ya todo te parece frío y gris, si necesitas color y calor, búscame.

Si sólo necesitas alguien que te escuche, búscame.

Porque deberías buscarme.

Y así lo hiciste.

Me buscaste, me encontraste, me abrazaste. Pero no volviste a ver ni a tocar a la misma persona.

Esa persona que alguna vez te había hecho sentir grande; la que, alguna vez, con sus besos sí bastaban; con la que alguna vez mantuviste la alegría; con la que tu alma siempre sonreía.

Esa persona que normalmente ponía tu vida patas arriba; con la que todo era tan cálido y colorido; la que te miraba a los ojos y te entendía sin palabras.

Después de marcharte, me cambiaste. Y, en la vida, hay cambios que son permanentes.

<<Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos>>, Viktor Frankl.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Falsas promesas

La vida está llena de falsas promesas. Esas que te prometes a ti mismo desesperadamente. Promesas que nunca acaban llegando, que nunca se acaban de cumplir. Odio las falsas promesas, esas que no avanzan, que no retroceden, que se congelan en el tiempo.

Promesas que otros te hacen o que tú mismo te dices. Te ciegas de ilusión y no ves la pared. Corres hacia ella como alma que lleva el diablo, tan confiada que de pronto…

Estás inconsciente, tirado en el suelo. Alguien te recoge y te dice que lo siente. Estaba a tu lado todo este tiempo y no fue capaz de avisarte del peligro.

Lo siento.

Cuando te dicen lo siento, ¿a qué se refieren? ¿A haberte fallado? ¿O a haber vuelto contigo? Un lo siento rápido no es sincero. No es más que una costumbre que se repite mecánicamente por el impulso de alguna razón desconocida.


Falsas promesas, sueños incumplidos, hechos imposibles, actos impulsivos. Convencida de la magia del momento, caes en el engaño y quedas atrapada en la frustración.


<<Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza>>, Mario Benedetti.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Los sueños deberían comenzar al despertarse y no al irse a dormir

El quiero y no puedo constante es el mismo puedo y no quiero que nos invade. Diréis que es una contradicción, pero la vida no es más que una sucesión de momentos sin sentido, de sueños incumplidos y de promesas rotas.





Los sueños deberían comenzar al despertarse y no al irse a dormir.






Más locuras y menos amarguras, que los lunes también pueden ser divertidos y los viernes un sin sentido.

Los cafés deberían derramarse más a menudo para que alguien se inclinara de vez en cuando frente a una dama.

La vida debería vivirse por la noche en lugar de por el día cuando es más difícil distinguir la crueldad del mundo. Como por la noche todos los gatos son pardos, ojos que no ven, corazón que no siente.


Los cuentos de hadas no deberían existir y así los niños no tendrían tanta sobredosis de mentira.

Tú no me deberías haber susurrado y yo me debería haber escondido. Tú no deberías haber venido y yo me debería haber ido cuando aún podía.

<<Soy un paranoico al revés. Siempre sospecho que la gente está planeando algo para hacerme feliz>>, J. D Salinger.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Si no tuvieras miedo, ¿qué harías?

Ese rostro lleno de dudas, esos ojos teñidos de incertidumbre. ¡Como si ella misma no tuviera suficiente con su propia inseguridad!

Si supiéramos a ciencia cierta que no íbamos a lograrlo, ¿para qué luchamos entonces? 

Siempre hay que mantener la esperanza, darse una oportunidad a uno mismo. Si no, ¿de qué serviría todo lo que pensamos, nuestros proyectos e ilusiones, nuestros ideales y ganas por llegar a lo más alto?


Te dicen que no puedes y tú mismo te lo repites. Pero ¿qué haces? ¿No te das cuenta de que eso es lo que quieren? Que tu incertidumbre te transporte al miedo, a la incapacidad y al no puedo.

Por eso hay que salir, levantarse y respirar. Saber que puedes seguir viviendo tu propia historia sin importar el qué dirán. Siendo dueño de ti mismo no tropezarás con el abismo.

<<La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar>>, Mario Vargas Llosa.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Recuérdame cuando estés a punto de olvidarme

Recuerdos vacíos o llenos de vida. ¿Qué más da? Sólo son pasado. Pero el pasado vuelve y te atormenta. Estropea tu presente y nubla tu futuro. Siempre me han dicho que hay que aprender a vivir con el recuerdo. Quedarse con los buenos momentos y olvidar los malos. 

Pero son precisamente los malos recuerdos los que, tras estar enterrados en tu mente durante tanto tiempo, algún día explotan y regresan a ti.


Muchos dicen que los recuerdos hacen a las personas, que sin ellos no somos nadie. Que todas las experiencias vividas y el pasado hacen que alguien sea como es. Los recuerdos te devuelven la vida, pero también asustan.

Asusta recordar.

Asusta mirar atrás, saber que nada  volverá, saber que todo va a ser distinto… también asusta no volver a recordar. Asusta el olvido.

Déjame recordarte que el olvido no existiría si no existieran recuerdos que necesitáramos borrar; así que, recuérdame cuando estés a punto de olvidarme y dejaré de ser un recuerdo más.


<<…el olvido está lleno de memoria>>, Mario Benedetti.

jueves, 5 de noviembre de 2015

No hacen falta llaves

Estaba en cada lágrima que derramabas, en cada abrazo que te daba para impedir que te desmoronaras.

Estaba en cada palabra de consuelo, en cada sonrisa que te sacaba y en cada baile que disfrutabas; estaba tanto en las buenas como en las malas.

Estaba a tu lado cuando menos lo esperabas y cuando más lo necesitabas.

Tú, que le tratabas como uno más, como un amigo y que le querías como tal. Tú, ingenua que te estabas dejando llevar mientras él se acercaba aún más.

Amaste cada roce sin saberlo. Le buscabas a pesar de que ya le tenías. Escuchabas su voz embelesada y asentías ante sus sabias palabras.

Te prometiste encerrarte, ser más dura y fría que el hielo. Tiraste la llave de tu corazón. 

La lanzaste al agua con fuerza, enterrándola en el profundo océano, pensando que quedaría enterrada para siempre.


Lo que nunca imaginabas era que él no necesitaba ninguna llave. 

No le hacía falta tener la llave de tu corazón, pues ya era suyo.

<<El amor no necesita ser entendido, sólo necesita ser demostrado>>, Paulo Coelho.

jueves, 29 de octubre de 2015

Pájaros de palabras

Cientos. ¡Qué digo cientos! Miles. ¡Qué digo miles! Millones de pájaros hambrientos, frenéticos  en sus jaulas. Removiéndose inquietos, esperando con ansia ser liberados para poner fin a su agonía. Observando cómo se consumen tras los barrotes…

Nunca he entendido por qué las personas se empeñan en encerrar a esos pobres pájaros en una jaula. Quizás tienen envidia. Envidia de que ellos no tienen ataduras. Envidia de que ellos pueden cantar cuando quieran. Envidia de que pueden volar a donde quieran.

No sé con certeza si los humanos hemos sido realmente libres alguna vez. Pero, si en un futuro lo somos, entonces las únicas jaulas en las que nos veremos prisioneros, serán en las que nosotros mismos nos encerremos. Podremos ser esclavos de nuestras palabras. Sin embargo, tenemos derecho a librarnos de ellas. Tenemos derecho a coger aire y expresarnos con libertad. Las palabras fluyen de nuestra boca, imparables como un torrente.

Si los ojos son el espejo del alma, las palabras son nuestra más letal arma y, por eso, sí de algo estoy segura es de que prefiero arrepentirme de lo que digo que de lo que no digo.

<<La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír>>, George Orwell.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Perdidos entre las sábanas, se encontraron en la misma almohada

El agua golpeaba los cristales de la ventana. Miles de gotas galopando casi al mismo ritmo, luchando por ser las primeras. Los suspiros de ella se entremezclaban con el sonido de la lluvia. Él se removió en la cama y se encontró con esos ojos que tanto anhelaba en sus sueños. Ella, sentada frente a él, pensando. Pensando en todo y en nada, en mucho y en poco, en un presente, en un pasado y en un futuro. Pero en todos sus pensamientos, él estaba incluido.

Él solía llamarla la incertidumbre personificada. Su arma defensiva eran las palabras. Podría escudarse en el enfado para que el hecho de apartarse de él fuera menos doloroso.

El viento soplaba y la lluvia aumentaba. La tormenta no había hecho más que empezar y amenazaba con entrar en aquella habitación oscura. De repente, él posa una mano sobre su hombro. Se ha levantado y la acaricia suavemente. La sensación de calma llega inevitablemente, como la ráfaga de luz que entra por la ventana. Esa caricia había calado cada uno de sus huesos llegando hasta su alma. Perdidos entre las sábanas, se encontraron en la misma almohada.


Cada una de las gotas de agua que corrían por la ventana, eran las lágrimas que ella había derramado.  Otro rayo de luz, tan brillante como los ojos de ella, le recordó a él que no era quién para robarlo. Se maravilló y se juró a sí mismo que jamás dejaría que en ella se volviera a apagar ese rayo por culpa de su incertidumbre.

<<…como pasa fatalmente con todos los matrimonios jóvenes que se han amado intensamente una vez siquiera, la reconciliación llegó, tanto más efusiva cuanto más infames fueran los agravios>>, Horacio Quiroga.

sábado, 17 de octubre de 2015

Lo que la quería, era proporcional al daño que la hacía

Él sabía de sobra la fila de corazones que aguardaban tras de sí, esperando a ser partidos. Todos esos corazones flotaban a su alrededor, esperanzados y ajenos al dolor que les causaría esa espera. Impacientes por ver cuál sería el siguiente. Porque él siempre iba en busca de más. Uno. Y otro. Y otro más.

Y luego estaba ella. No se había retirado a tiempo y había caído en sus redes. Caminaba por las calles de la capital, tan solitarias como ella misma. Desde que su corazón no tuvo que esperar más, desde que se fue destrozado y magullado, sus sentimientos se habían escondido tras su propia sombra.

Ella sabía que él andaba cerca, acechando cada paso que daba. Por primera vez desde entonces, ella sonrió. Era una sonrisa sarcástica y sin sentimiento pero, al fin y al cabo, era una sonrisa. Sin darse la vuelta, ella sabía con exactitud cómo se sentía su antiguo amor. Solo y vacío. Pero solo de verdad y no como ella. Porque no es lo mismo ser solitario que estar solo. Porque no es lo mismo que te hayan partido el corazón a que el peso de mil corazones partidos recaiga sobre tu conciencia.

Él daba tumbos. Estaba perdido y desorientado. Avanzaba sin ver, corría sin levantar los pies del suelo y se acercaba aún más a ella. Estaba atraído por la sombra de sentimientos que ella arrastraba.

Entonces ella empezó a sentir otra vez. Primero lástima, luego tristeza y finalmente… el amor que había sentido, el que se había refugiado en un pequeño recoveco de su particular corazón.

Él, casi moribundo, la vio. Su resplandor le hizo darse cuenta de todo el daño que la había hecho. Todo lo que él la quería había sido proporcional al daño que la hacía. La debía de querer una infinidad, porque la había hecho un daño infinito.

Al darse cuenta de que sus caminos estaban a punto de volver a cruzarse, ella le dijo, impidiendo que diera un paso más:

-Hola. Bienvenido a la carretera del olvido, donde todos tus corazones destrozados te persiguen. ¡Huye! Huye mientras puedas y no vuelvas… Es tarde para quererme, porque todo el amor que sentía, te lo llevaste una vez contigo.

<<Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño>>, Joaquín Sabina.

jueves, 8 de octubre de 2015

Una historia cualquiera

Lo ves, lo vives, lo imaginas. Lo haces tuyo. Te detienes en un punto. Reflexionas. Lloras o ríes, da igual, lo importante es que estás empapado de él. Vivís millones de historias juntos. Todas distintas. Todas iguales. Llega un momento en el que quieres y no puedes. Quieres seguir viviendo, pero te das cuenta de que la historia acabó. Le acaricias y le sientes, le deseas buenas noches y te despides prometiendo volver a verle. El sueño vence, Morfeo es caprichoso y desea que duermas. Pero no acaba ahí, porque al día siguiente llega otro, casi por casualidad, sin saber que está predestinado para que tú le descubras. Y vuelta a empezar, harás lo mismo con todos y cada uno de ellos. Te metes en sus vidas siendo un intruso pero lo más bonito es que con cada uno de ellos todavía sientes la emoción de tu primer amor, de tu primera historia.

Algunos pueden tacharte de loco, como a Don Quijote, pero así es como se mantiene vivo a un libro. Sin embargo, no te olvidas de ninguno, no tienes ni idea de las partes en las que tu corazón puede llegar a dividirse para albergar tantos momentos, imaginarios para unos, pero tan reales para ti. Lo mejor de todo, es que un libro no te falla, es tu más fiel aliado. Aunque, para que eso ocurra, debes escoger bien. Y no hay nada más placentero que leer, que encontrar los mejores amigos de tu vida, porque hay muy pocas personas que puedan hacerte sentir lo mismo que sientes cuando lees.


<<Los libros son puertas que te llevan a la calle. Con ellos aprendes, te educas, viajas, sueñas, imaginas, vives otras vidas y multiplicas la tuya por mil>>, Arturo Pérez Reverte.

jueves, 1 de octubre de 2015

No hay verano sin invierno

Sólo se necesita un segundo para enamorarse de una persona, pero mucho más se necesita para darse cuenta de ello. Sólo un segundo para enamorarse… y sólo un segundo para que se pierda la ilusión.

El tiempo es oro, pero no es oro todo lo que reluce. Las tardes de verano en las que el cielo azul está tan despejado, que no hay ni una nube que nuble tu vista. El sol brilla más que en cualquier otro momento. Las calles soleadas están llenas de vida y de color. No te preocupa que llegue la noche, pues las estrellas son tan grandes y brillantes que imaginas poder tocarlas con los dedos. La luna te mira y te invita a jugar.

El tiempo corre y si tú no corres, te quedas atrás. Estancado en un pasado del que no regresas. Atrapado en el mundo de los sueños y encerrado en tu pequeña mentira. El verano no es eterno. Aceptas que haya alguna que otra tormenta pero ya está. No estás dispuesto a creer en nada más. El frío puede contigo. El invierno vence al verano y te cala hasta los huesos.

Un día te dice te quiero y al siguiente, si te he visto no me acuerdo. ¿Qué hacer? Llorar y mezclar las lágrimas con las frías gotas de lluvia. Llorar hasta darse cuenta de que en casa te espera una ducha de agua caliente y una taza de café. Intentar respirar aunque cueste y vuelta a empezar. Porque no hay verano sin invierno y no hay mal que mil años dure.

<<Los pájaros saben que no hay invierno que dure cien años y que, al pasar la tormenta, la primera semilla que brota es el sol>>, Francisco Morales Santos.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Ya nada es natural, todo se reduce a plástico y cristal

Vivimos en una sociedad que está saturada. Donde el ruido nos persigue como si de nuestra propia sombra se tratara. Hay días que tiraría el móvil contra la pared y ni me molestaría en ver si se ha roto. Vivimos rodeados de mensajes, de llamadas, de Whatsapp… y lo peor de todo es que lo necesitamos. Estamos enganchados a ellos como si fuera una droga. Nos vamos de vacaciones y lo único por lo que nos preocupamos, ya estemos en la playa o en la montaña, es de buscar un lugar donde la cobertura sea buena o haya Wi-fi.

La tecnología nos hace la vida más fácil, sí. Pero también más triste, más estresante, más agobiante, más vacía. 
Ahora las cosas ya no se dicen a la cara, sino a través de una pantalla. Se resta valor a los “te quiero” o los “te echo de menos”. Se dicen sin sentimiento, sólo son frías palabras escritas rápidamente. Ya casi lo hacemos sin pensar, como algo automático. ¿Dónde quedan esos románticos que se atrevían a decir esas peligrosas palabras mirando a los ojos de la otra persona? Si estás cara a cara, disfrutas de su reacción, la vives. En cambio, si se lo dices en un Whatsapp, sólo puedes imaginarte la cara de la otra persona. Y la imaginación no suele ser algo muy real. Ya nada es natural, todo se reduce a plástico y cristal.

<<El futuro de la tecnología amenaza destruir todo lo que es humano en el hombre, pero la tecnología no alcanza la locura, y es en ella donde lo humano del hombre se refugia>>, Claire Lispector.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Las medias tintas manchan y las verdades como puños golpean

A veces solo necesitas que alguien confíe en ti. Que confíe de verdad. Que te diga que tú puedes y que él mismo se lo crea. Porque las medias tintas manchan y las verdades como puños te golpean. Pero esas verdades te hacen abrir los ojos, ver el mundo como es y no como quieres verlo.

A veces sólo quieres que te quieran. Que se dejen llevar y te confiesen lo que sienten. Que el amor es locura, pero es mejor ser un loco enamorado que vivir una tortura.

A veces sólo tienes que gritar. Dejarte la voz en cada intento, hacer que el mundo se pare para que tú avances. Correr a sus brazos y decirle que te espere.

A veces sólo puedes mirar a un punto fijo. No sabes lo que te pierdes a tu alrededor. Ya puede arder el universo que tú sigues atrapada en esa mirada.

A veces sólo sabes decir su nombre. Repetir el cómo, cuándo y por qué os conocisteis. Asumir que el destino le puso en tu camino y que sólo él sabía borrar las lágrimas de tu pasado.

<<El ser humano puede soportar una semana de sed, dos semanas de hambre, muchos años sin techo, pero no puede soportar la soledad>>, Paulo Coelho.

jueves, 10 de septiembre de 2015

El Juego del Amor


La magia los une y la luna los rehúye. Si todos los astros se alinearan de una vez, tal vez, no sé qué podría suceder. Le ve y le siente. Se asusta y retrocede. Con una feroz sonrisa le dice te quiero y yo no me lo creo. Que ¿por qué? Porque él sabe de sobra que ella está atrapada. Que ha caído en sus redes como un pequeño pez y, ya ves, así fue. Ella se enamoró de cada una de sus mentiras y sus verdades, de su locura y de su timidez. Contra eso, ya nada se puede hacer.

Otra en su lugar, habría seguido su juego.
Otra en su lugar, habría creído en él. 
Otra en su lugar…

Él ya no quiere otra en su lugar. En el fondo, teme perderla. Hay un pequeño problema. Y es que él, con sus mentiras y sus verdades, con su locura y su timidez, no se da cuenta de que la empieza a querer. Lo que empezó siendo un juego con ella, se acaba volviendo contra él.

En este juego, el perdedor ya puede ser cualquiera de los dos.

<<Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de sí mismo>>, Charles Baudelaire.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Mi Cuarta Reliquia

Eran tres las Reliquias de la Muerte. Aquel que consiguiera todas se convertiría en el Señor de la Muerte. El hombre más poderoso e invencible del mundo mágico jamás visto. La Capa te puede hacer invisible con sólo echártela por los hombros. La Varita de Sauco te hace el mago más brillante de todos los tiempos capaz de realizar los mejores hechizos. Y, por último, la Piedra de la Resurrección te da el poder de revivir a los muertos.


Los que hayan leído Harry Potter me entenderán. Pero hoy en día, ¿quién cree en la magia? Tan sólo los más ilusos. 
Sin embargo, yo creo que existe algo especial, algo que puede cambiar muchas cosas. Yo creo en la magia de las palabras. Palabras que se convierten en historias. Historias que se convierten en ilusiones. Ilusiones que hacen revivir la magia. Porque las personas podemos hacer magia.

Creo haber encontrado una Cuarta Reliquia. No, no se trata de magia; aunque, es capaz de consolar a un niño cuando llora, es capaz de reconciliar a dos personas que se distancian, es capaz de gritar al mundo lo que no quiere oír, es capaz de definirte y hacer que tengas algo distinto y especial... Mi Cuarta Reliquia son las palabras. Escritas o habladas. En mayúsculas o en minúsculas. Palabras. Algunas se marchan con el viento pero ¡eh!, se han dicho y no hay vuelta atrás. Otras permanecen en papel. Esas me gustan más. Puedes vivirlas y sentirlas más de una vez.

Sólo espero que la gente sepa apreciar mi Cuarta Reliquia. Que vivan a través de sus propias palabras, que canten, que griten y que se desahoguen. Que se dejen aconsejar y, sobre todo, que escuchen. Que cada persona aporte un pequeño granito de arena con sus palabras y que dejen tanta huella, que el viento sea incapaz de borrarlas.

<<No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras>>, Juan Luis Vives.