jueves, 5 de noviembre de 2015

No hacen falta llaves

Estaba en cada lágrima que derramabas, en cada abrazo que te daba para impedir que te desmoronaras.

Estaba en cada palabra de consuelo, en cada sonrisa que te sacaba y en cada baile que disfrutabas; estaba tanto en las buenas como en las malas.

Estaba a tu lado cuando menos lo esperabas y cuando más lo necesitabas.

Tú, que le tratabas como uno más, como un amigo y que le querías como tal. Tú, ingenua que te estabas dejando llevar mientras él se acercaba aún más.

Amaste cada roce sin saberlo. Le buscabas a pesar de que ya le tenías. Escuchabas su voz embelesada y asentías ante sus sabias palabras.

Te prometiste encerrarte, ser más dura y fría que el hielo. Tiraste la llave de tu corazón. 

La lanzaste al agua con fuerza, enterrándola en el profundo océano, pensando que quedaría enterrada para siempre.


Lo que nunca imaginabas era que él no necesitaba ninguna llave. 

No le hacía falta tener la llave de tu corazón, pues ya era suyo.

<<El amor no necesita ser entendido, sólo necesita ser demostrado>>, Paulo Coelho.

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