martes, 27 de diciembre de 2016

Sequía imaginativa

Ya no despierto recordando mis sueños; será porque no estás en ellos, porque no aparecemos ni tú ni yo.

Ya no me apetece salir corriendo a decirle al mundo que te quiero; será porque no lo siento, porque me he equivocado con el tiempo.

Será que ya he dejado de lado una parte del pasado. Y ya no te espero en mi cama, ni te imagino entre mis sábanas. Ya no recuerdo tu fragancia ni me empapa la nostalgia.

Ahora me doy cuenta: la sequía de tus besos contrastando con mis ganas; el desierto que dejaste en mi cabeza con tus palabras sin sustancia; el viento que arañaba mis mejillas cuando soltabas el aire contenido. Me arrastrabas a una vida sin sentido, a unos días grises y mediocres y, aún así, decías que me dabas todo lo que tenías. Cada acción agotaba mi imaginación.


Tu sonrisa no era mía, ni tú la persona con la que yo reía. Tu mano temblaba y mis ojos escocían. La canción que sonaba ya nadie la recuerda porque pertenece a otro de mis días de sequía.


<<En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento>>, Albert Einstein.