Lo ves, lo
vives, lo imaginas. Lo haces tuyo. Te detienes en un punto. Reflexionas. Lloras
o ríes, da igual, lo importante es que estás empapado de él. Vivís millones de
historias juntos. Todas distintas. Todas iguales. Llega un momento en el que
quieres y no puedes. Quieres seguir viviendo, pero te das cuenta de que la
historia acabó. Le acaricias y le sientes, le deseas buenas noches y te
despides prometiendo volver a verle. El sueño vence, Morfeo es caprichoso y
desea que duermas. Pero no acaba ahí, porque al día siguiente llega otro, casi
por casualidad, sin saber que está predestinado para que tú le descubras. Y
vuelta a empezar, harás lo mismo con todos y cada uno de ellos. Te metes en sus
vidas siendo un intruso pero lo más bonito es que con cada uno de ellos todavía
sientes la emoción de tu primer amor, de tu primera historia.
<<Los libros son puertas que te llevan a la calle. Con ellos aprendes, te educas, viajas, sueñas, imaginas, vives otras vidas y multiplicas la tuya por mil>>, Arturo Pérez Reverte.
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