No. Te voy a
decir que no. No quiero nada serio. No es lo que se lleva y yo soy toda una
moderna.
Voy a
callarme todos los ‹‹te quiero›› que pretendan escaparse de mi garganta
atormentada. Porque no, no está de moda ahora.
Voy a
guardarme esos abrazos que me pides a deshoras, no te cogeré esas llamadas que
me vuelven loca ni te contestaré a los tres segundos ese mensaje de buenas noches
que lleva haciéndome sonreír tres buenas horas.
Porque no.
Porque, ¿para qué complicarme la vida e implicarme en la tuya?
Mejor cada
uno a su aire, llorando en esquinas distintas y sufriendo cada uno por su lado.
Porque nada importa cuando nos encontramos, nos olvidamos de los buenos
modales, de las normas y de esta absurda moda.
El te quiero que esperamos nunca llega. Tenemos los labios sellados. Quien hable y sienta mariposillas en el estómago primero, pierde el juego. Porque no es nada serio. Porque nos da miedo. Porque sería condenarnos a un maldito infierno.
<<Me gustaría pasar el resto de
mis días con alguien que no me necesite para nada, pero que me quiera para
todo>>, Mario Benedetti.