sábado, 16 de abril de 2016

Doble cicatriz

¿El tiempo lo cura todo? ¡Já! Me encantaría restregarle esa gran frase a quien quiera que sea el idiota que la haya inventado.

El tiempo no cura las heridas, tan sólo las hace más soportables. Pero siguen ahí. Si las tocas duelen, recordándote cada minuto de angustia y sufrimiento.

El tiempo no lo cura todo, si acaso, te tienta a que vuelvas a experimentar esa agradable sensación de calma que llega después de la tormenta para volver a hacerte daño. Así no tienes una sola cicatriz, sino que ya son dos.

A veces, es necesario un jarro de agua fría para poder despertarnos del todo. Y ni siquiera con eso es suficiente para aprender a vivir.

Caes una y otra vez  en ese error porque parece hecho a medida para ti. Confeccionado con el mismo patrón, inyectado con la misma dosis de ingenuidad.

Entonces llegan las tiritas, las gasas, el alcohol y el olvido.

Espera, no. El olvido no. El olvido nunca llega.

Los remiendos no son suficientes y te conformas con la sensación de quemazón, porque no hay remedio para una herida en el corazón.

<<Nosotros no podríamos ser felices sin este amor de carne transparente: nos matarían las grandes cicatrices que nos puso el dolor sobre la frente>>, Jorge Debravo.

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