El quiero y
no puedo constante es el mismo puedo y no quiero que nos invade. Diréis que es
una contradicción, pero la vida no es más que una sucesión de momentos sin
sentido, de sueños incumplidos y de promesas rotas.
Los sueños deberían comenzar al despertarse y no al irse a dormir.
Más locuras
y menos amarguras, que los lunes también pueden ser divertidos y los viernes un
sin sentido.
Los cafés
deberían derramarse más a menudo para que alguien se inclinara de vez en cuando
frente a una dama.
La vida
debería vivirse por la noche en lugar de por el día cuando es más difícil
distinguir la crueldad del mundo. Como por la noche todos los gatos son pardos,
ojos que no ven, corazón que no siente.
Los cuentos
de hadas no deberían existir y así los niños no tendrían tanta sobredosis de
mentira.
Tú no me deberías
haber susurrado y yo me debería haber escondido. Tú no deberías haber venido y
yo me debería haber ido cuando aún podía.
<<Soy un
paranoico al revés. Siempre sospecho que la gente está planeando algo para
hacerme feliz>>, J. D Salinger.