Cuando ya no
somos tú ni yo. Cuando la razón ha dejado de hablar y las ganas tiemblan. Cuando la sonrisa se tambalea. Cuando no decidimos el destino de nuestros pasos y el viento nos arrastra en
direcciones opuestas...
Llévame
lejos, llévame contigo.
Llévame al
olvido donde los cuentos aún son bonitos. Donde el miedo se aparta y deja paso
a la esperanza. Llévame al olvido de tu memoria, al filo de tus pensamientos.
Llévame a ese lugar al que sólo tú tienes acceso.
Y sálvate
tú, que aún puedes. Y rescátame tú, que yo ya no soy lo suficientemente fuerte.
Devuélveme a
la vida, haz del olvido el recuerdo.
Imagíname como si todavía sonriera, como si mis ojos brillaran y mis
piernas no flaquearan. Sácame del invierno, impide que este frío llegue a
penetrar mis huesos.
Y sálvate
tú, que aún puedes. Y rescátame tú, que yo ya no soy lo suficientemente fuerte.
<<Sálvate, mundo mío, desatando
infinitos>>, Jacobo Fijman.